COVID persistente

¿Qué es el COVID persistente?

El COVID persistente puede ocurrir después de que una persona ha tenido COVID-19. Es una enfermedad crónica; esto significa que se prolonga mucho o que puede aparecer y desaparecer con el tiempo. A veces se lo denomina “síndrome pos-COVID”, “afección pos-COVID-19 (por su sigla en inglés, PCC)” o “COVID prolongado”.

El COVID persistente es un problema de salud pública grave que ha afectado a millones de adultos y niños en los EE. UU. Los síntomas pueden ir de leves a graves y pueden durar tres meses como mínimo. En algunos casos, el COVID persistente puede causar discapacidad.

Aún se desconoce mucho acerca del COVID persistente, ya que es una afección nueva. El virus SARS-CoV-2 que provoca el COVID-19 se descubrió en 2019. Seguimos obteniendo más información a medida que avanza la investigación.

Síntomas del COVID persistente

Los síntomas del COVID persistente pueden durar meses o años tras la infección por COVID-19. Los síntomas pueden variar de una persona a otra y pueden ser difíciles de reconocer o diagnosticar.

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (por su sigla en inglés, CDC), hay más de 200 síntomas asociados al COVID persistente. Los síntomas pueden empeorar tras un esfuerzo físico o mental. Entre los síntomas más comunes se incluyen los siguientes:

  • Cansancio que afecta la vida diaria
  • Malestar general (puede ser difícil de describir) tras un esfuerzo físico o mental
  • Dificultad para pensar o concentrarse, también llamada “nube mental”
  • Fiebre
  • Dificultad para respirar
  • Tos
  • Dolor en el pecho
  • Latidos rápidos del corazón (palpitaciones)
  • Cambios en el olfato y el gusto
  • Dolor de cabeza
  • Problemas para dormir
  • Ansiedad o depresión
  • Mareos al ponerse de pie
  • Dolor muscular o en las articulaciones
  • Sensación de hormigueo
  • Dolor estomacal
  • Diarrea
  • Estreñimiento
  • Sarpullido
  • Cambios en los ciclos menstruales

¿Quiénes pueden tener COVID persistente?

Cualquier persona que haya tenido COVID-19 puede tener COVID persistente, incluso si no presentaba síntomas cuando tuvo COVID-19. Las personas que contraen COVID-19 más de una vez corren el riesgo de tener COVID persistente con cada infección.

Según una investigación publicada en junio de 2024, se estima que el 6.4 % de los adultos de Washington tenían COVID persistente en octubre de 2023, y se calcula que 117,000 tenían limitaciones de actividad importantes. En esta investigación también se descubrió que, en ese entonces, las tasas de COVID persistente eran más altas en el centro y el este de Washington. El porcentaje de adultos de Washington con COVID persistente se estima regularmente a través de la Encuesta de Pulso de los Hogares.

Los CDC afirman que entre las personas que tienen más probabilidades de presentar COVID persistente se incluyen las siguientes:

  • mujeres;
  • adultos mayores;
  • personas con afecciones subyacentes;
  • hispanos y latinos;
  • personas que estuvieron en estado grave o internadas con COVID-19;
  • personas que no se vacunaron contra el COVID-19.

Las personas que sufren desigualdades en materia de salud pueden tener un mayor riesgo de sufrir los efectos negativos del COVID persistente en la salud. La desigualdad en materia de salud se produce cuando un grupo de personas tiene resultados de salud diferentes por motivos sistémicos (afecta a todo un sistema), evitables e injustos.

Según la Oficina del Subsecretario de Salud (OASH, por su sigla en inglés), los grupos que tienen menos acceso a la atención de la salud o que sufren estigmatización (vergüenza o culpa) por parte del sistema de salud pueden tener menos probabilidades de recibir un diagnóstico de COVID persistente.

Puede obtener más información sobre cómo OASH aborda las desigualdades relacionadas con el COVID persistente aquí

Cómo prevenir el COVID persistente

Puede prevenir el COVID persistente si evita contagiarse de COVID-19. Mantenerse al día con las vacunas contra el COVID-19 es la mejor manera de protegerse contra esta enfermedad.

Las personas vacunadas que contraen COVID-19 pueden tener menos probabilidades de presentar COVID persistente que las personas no vacunadas.

Otras herramientas que puede utilizar para prevenir la infección por COVID-19 son el uso de mascarilla, la mejora del flujo y la filtración del aire, el lavado frecuente de las manos con agua y jabón, la limpieza de las superficies que se tocan con frecuencia, el distanciamiento físico y la realización de pruebas.

Si tiene COVID-19, evite contagiar a otros; para ello, siga estas pautas.

Protéjase del COVID persistente: vacúnese (en inglés) (PDF)

Vacuna contra el coronavirus (COVID-19)

Diagnóstico de COVID persistente

Puede ser difícil diagnosticar el COVID persistente. Algunos síntomas pueden ser difíciles de comprender. En la actualidad, no existen análisis de laboratorio o estudios por imágenes que permitan diagnosticar el COVID persistente. Las pruebas médicas pueden mostrar resultados normales aunque el paciente tenga COVID persistente. El COVID persistente puede presentar los mismos síntomas o características que otras enfermedades crónicas.

Algunas personas que informan síntomas de COVID persistente no manifestaban síntomas de COVID-19. Estas no se hicieron la prueba de COVID-19 cuando se enfermaron por primera vez. Esto dificulta la confirmación de que tenían COVID-19 y puede complicar el diagnóstico. Puede ser útil hacerse la prueba de COVID-19 en el momento en que empieza a tener síntomas para que sea más fácil diagnosticar el COVID persistente más adelante, si es necesario.

Lista de verificación para citas de atención médica sobre COVID persistente (CDC) (en inglés)

Afecciones nuevas y preexistentes

El COVID persistente puede afectar amuchos sistemas de órganos. Los pacientes pueden presentar una o más afecciones diagnosticables, como enfermedades autoinmunes y encefalomielitis miálgica/síndrome de fatiga crónica (EM/SFC) (solo en inglés). 

Esto significa que las personas que han tenido COVID-19 pueden presentar nuevos problemas de salud, como la diabetes o afecciones cardíacas. Las afecciones preexistentes, como la diabetes y las enfermedades del corazón, también pueden empeorar después de la enfermedad del COVID-19.

Vivir con COVID persistente

Aún se desconoce mucho acerca de cómo diagnosticar y tratar el COVID persistente. Puede resultar confuso tener COVID persistente o apoyar a alguien que tenga esta afección. El COVID persistente puede presentar síntomas diferentes en cada persona. Para algunas, los síntomas pueden ser manejables y, en otras, pueden causar discapacidad.

Recuerde que no está solo. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (por su sigla en inglés, CDC), 1 de cada 4 adultos con COVID persistente señalan que la afección restringe sus actividades de la vida cotidiana. Unirse a un grupo de apoyo puede ayudar a aliviar los sentimientos de aislamiento.

Obtenga más información:

Solicite adaptaciones. Una adaptación es un cambio que se hace para alguien o algo. Los síntomas pueden dificultar o imposibilitar que las personas hagan cosas que podían hacer antes de enfermarse. Las tareas laborales y escolares pueden ser difíciles de gestionar. Los empleadores y las escuelas pueden tener que hacer adaptaciones razonables en función de sus síntomas.

Lea el artículo “COVID persistente y derechos por discapacidad” a continuación.

Obtenga más información:

Gestione su energía. Un síntoma común es la sensación de cansancio frecuente, en especial después de un esfuerzo mental o físico. Procure ahorrar energía y hacer pausas frecuentes a lo largo del día.

Lea sobre las 4 P de la gestión de la energía para personas con COVID persistente aquí: 120-066 - póster “Las 4 P” para afrontar el COVID persistente de 8.5 x 11 - junio de 2023 (wa.gov) (en inglés)

COVID persistente y derechos por discapacidad

El COVID persistente puede causar trastornos físicos y mentales. Se lo considera una discapacidad según la Ley de Estadounidenses con Discapacidades (ADA, por su sigla en inglés). Las personas con COVID persistente pueden tener protección legal contra la discriminación por discapacidad. Pueden tener derecho a adaptaciones razonables por parte de las empresas, el estado y los gobiernos locales.

Directrices sobre el “COVID persistente” como discapacidad según la ADA (en inglés)

COVID persistente y embarazo

Las embarazadas o mujeres que dieron a luz recientemente tienen más probabilidades de enfermarse gravemente a causa del COVID-19. El COVID-19 puede causar complicaciones que afectan al embarazo y al bebé en desarrollo. Es seguro y recomendable que las personas embarazadas o en período de lactancia se vacunen contra el COVID-19.

Las embarazadas pueden tener COVID persistente. Todavía se están realizando estudios sobre los efectos del COVID persistente durante el embarazo y después de este.

COVID persistente y juventud

Los jóvenes también pueden enfermarse a causa del COVID persistente. Los jóvenes que suelen estar cansados o que tienen problemas para concentrarse pueden tener dificultades para participar en las actividades escolares y en otras actividades. Es posible que los niños pequeños no puedan describir bien sus síntomas.

Los niños con COVID persistente pueden calificar para recibir educación especial, protecciones o servicios relacionados en virtud de dos leyes federales (en inglés).

Vacunar a los jóvenes contra el COVID-19 es la mejor manera de prevenir el COVID persistente. Obtenga más información sobre las vacunas contra el COVID-19 aquí. 

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